Esa fue nuestra noche.

"Esta es nuestra noche" solías decirme al son de la nana de la luna, mientras mis ojos se iban cerrando paulatinamente. "Esta es nuestra noche" Me repites de nuevo, fijando tus pupilas en mi sonrisa fingida. Suspiro cansada de tanto baile, tantas vueltas y tantos roces de zapatos nuevos. Intento murmullar un si, y me doy la vuelta en aquella cama, que hacia tiempo perdió diversión.

Noto que te acercas a mi oído  mientras produces ese hormigueo en mi cuerpo, cuando empiezas a recorrer mi brazo. "Esta es nuestra noche" esta vez, empiezas a besarme como si no hubiera horas en el reloj para parar.

Resoplo, cedo mas al sueño que al deseo, y empiezo a quedarme dormida oyendo el tintineo de la campana del vecino. Desistes, y enfurruñado te das la vuelta. Suelto un risilla y esta vez si,  me quedo dormida completamente. 

Abro los ojos, estirándome mientras busco tu cuerpo en el lado izquierdo de la cama. Frió, húmedo y suave...Mis manos toca las sabanas, careciente de cuerpo desde hace poco. Me levanto, aun con sueño, grito tu nombre...Nada, desapareciste, solo percibió el pió pió de tu pájaro favorito. Como puedo, llego a la cocina, y busco algún indicio de olor de algo que me haga saber que sigues allí.

Nada, sigue el silencio en esa cocina, empiezo a echar de menos el roce de tus dedos sobre mis caderas, los pelos enmarañados cuando despertabas y el olor a tostadas después de una gran noche.Y tu ronca voz al pronunciar el primer te quiero de la mañana.

Te me fuiste y se nos fue el tiempo cuando ni siquiera llevamos la mitad.

Y puede que al final tenias razón, ayer era nuestra noche antes de tu marcha fúnebre e indiferente que hiciste aquel abril,  donde era mas invierno que primavera.