Y yo digo que nunca volverás.

Dicen que todo esta bien, que ya no habrá más caídas. Que mi sonrisa volverá a ser visible en mi rostro, y que las lágrimas se olvidaran. Dicen que tus besos ya no sabrán igual, y no me importaran, tu mirada seguirá siendo una incógnita para mi, y nunca más querré descifrarla.

Dicen que te superare, que mis heridas se cerraran y mi corazón volverá a latir despacio, pero latera. El sentimiento que asola mi cuerpo, dejara huella, sí, pero se lo llevara el viento del oeste. Dicen que mis oídos empezaran a odiar tu voz, y se perdonaran por haber caído en la gravedad de ella.

Dicen que las estrellas te sustituirán de guía en mi laberinto particular, que las caricias no las podre sentir tan profundas, pero volveré a querer las de otro. Que sus ojos serán mis tesoros, y sus manos mi nido favorito, mientras sus espalda mi carretera dulce y plácida, donde sin miedo podre volver a correr. 

Pero sé que mienten, que los recuerdos le harán batalla a mi corazón, y el dolor sera su mejor aliado. Que echare de menos más tus besos que cualquier apuesta de sol, por muy bonita que sea, la luna sera la  acompañante de mis silencios en la noche, y el espejo, mi más odiada mascara de sufrimientos. Una vez más, mi almohada sera testigo de mi derrota, y las lágrimas mi sacrificio por un amor perdido.

Los sueños se fugaran, y tus caricias volverán a conquistar mis caderas, mientras creo sentir como tus dedos recorren mis clavículas, volverá mis labios a desear tu piel tan frágil y suave. Volveré a echar de menos tus abrazos, y tus mil vueltas en el cielo. Nadie dice sobre el vacío que siente mis pulmones, y lo mucho que tardaran en sentirse con oxigeno. Temen que me asuste, que no vuelva a querer a otro, como te quise a ti.

Pero no tengo miedo, estoy concienciada para seguir con un dolor reflejado en mi sonrisa, en un recuerdo que mis lágrimas deshacen en su caída hacia un abismo y en mi mirada más perdida desde el día que decidiste retirarte de mi vida.

También dicen que nos quisimos pero no con tanta intensidad para que esto se hubiese convertido en eterno. Pero siguen sin ser capaces de reconocer el dolor que asoma en mis ojeras, ni la fragilidad que prevalece en mi cuerpo cada vez que nombran tu nombre con la mirada. Pero, con tantos peros, nadie dice la verdad, que yo sola lo superaré pero no por eso te dejaré de recordar.

Y yo digo que  nunca volverás, pero lo mantengo en secreto, por que sigo creyendo que lo harás.