O eres la herida o eres el cuchillo.

Ojalá dejara de ser alguna de las dos cosas.

He perdido la paciencia de dibujar mariposas en otras espalda que no sea la suya, a veces he acabado sangrando tinta, sólo por quedarme hasta las tantas escribiendo versos , que estaba segura que nunca leería.

Me acuerdo cuando una niña de ojos claros, me pregunto un día sin más “¿Por qué le escribes a alguien que nunca te va leer? “. Mi respuesta fue simple, rotunda, y llena de tantos sentimientos, que apenas pude esconder: “Por si acaso, algún día el viento le lleva mis palabras”. “Eso es imposible” Su respuesta fue simple pero directa.

Hoy pienso que lo más probable es que la niña tenía razón, pero más que imposible, es una locura seguir queriéndote después de repetirme a susurros, que lo nuestro se había roto, bueno, más que roto había desaparecido, que tu corazón ya no sentía lo de antes, y joder, cómo duele cuando te lo susurran tan cerca de tu oído.

Ahora sé que fue mejor esa despedida tan fría, al menos, pude contemplar tus ojos color café antes de que te decidieras irte de mi vida para siempre, pero, disculpa, se te olvidó cerrar la puerta.

No quiero verte llegar riéndote de ilusión, creyendo que puedes ser mi tirita y a la vez el cuchillo que hace sangrar más a la herida. Hoy necesito dormir con el miedo, oyendo su respiración siniestra, mientras queriendo le rozo sus pies con los míos.

He dejado de temer a los monstruos, y a toda aquella Tristeza que un día casi consigue vencerme. No sé lo que soy, ni lo que pretendo llegar a ser, sólo puedo decir que las Tormentas, hoy por hoy, son mis aliadas, y aquellos ojos oscuros que alguna vez consiguieron quebrantar mi coraza, vuelven a ser el enemigo lejano de mi tinta.

Menos mal que pude poner mi vida en stop, rebobinar un poco hacia atrás, y asumir las consecuencias una a una. Ojalá que la mitad de las palabras que te dije, se te claven en la mente, hasta que tus labios pronuncien que te equivocaste de camino, pero, no vuelvas, estoy rehaciendo mi vida.

“Por cierto, no te preocupes si no me escribes, que ya me escribo yo.”