No me quieras por lo que escribo.

No me asusta la idea de perderte, mejor dicho, la idea de perderte un poco más. Tampoco impido que el olvido me visite de vez en cuando, me abrace con su tormenta y me susurre que algún día sabré salir de este desastre. Mi desastre.

Dirás que me he acostumbrado a vivir bajo la sombra permanente de la tristeza y en cierto modo,  no puedo negártelo pero es casi imposible que te diga un porqué que suene convincente, simplemente, el roce hace al cariño. O el cariño hace el roce. O la soledad hace que el roce se transforme en cariño. No sé qué decirte para que no vengas con intenciones de apartar sus manos.

Intento decirte que si vienes con la sonrisa de quiero rescatarte o caricias en los bolsillos que piensas usar para curar mis heridas; olvídalo. Da la vuelta y aléjate de mí, de mis versos y todos aquellos abrazos que guardé para darte en invierno.

No quiero ningún héroe en mi historia ni ningún príncipe con intenciones de disfrazarse de lobo o al contario. No quiero que vengas escupiendo palabras de las cuales, nueve de cada diez no piensas cumplir. Ni siquiera me digas que piensas escribirme si cuando esté dispuesta a ofrecerte mi invierno disfrazado de primavera, te piensas largar.

Entenderás que a un corazón herido no le sirven las promesas, ni los juramentos ni nada que tenga que ver con ellos. Comprenderás que me haces más daño sacándome del dolor bruscamente, en vez de esperar a que yo decida cuando estoy preparada para abrir la puerta.

No vuelvas. No vengas. Ni te ocurra decirme que deseas quedarte. Sabes mejor que yo, que cuando mi tinta empiece a escribir tu nombre en cualquier parte, tu miedo. Mi miedo, conseguirá espantarte.

 Quiéreme por lo que soy, no por lo que te escribo.

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Comentarios

  1. Palabras de un corazon marchito (?)
    saludos

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  2. Increíble como siempre!! Yo siempre digo que las promesas son la manera más fea de mentir al destino. Gracias por escribir tan bien!!!

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  3. Es el tiempo el que hace que el roce se transforme en cariño. Es el tiempo el que consigue hacer desaparecer el dolor. Es el mismo tiempo el que te prepara para abrir la puerta. El que consigue olvidarse de las anteriores heridas y arriesgarse.
    Un besoo!

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  4. "Entenderás que a un corazón herido no le sirven las promesas, ni los juramentos ni nada que tenga que ver con ellos. Comprenderás que me haces más daño sacándome del dolor bruscamente, en vez de esperar a que yo decida cuando estoy preparada para abrir la puerta."

    A los corazones heridos hay que tratarlos con paciencia, cariño, amor y otra vez paciencia, dado que no piden que les quieran sólo que los quieran bien.

    Como siempre genial.
    Un saludo.

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    1. Estoy de acuerdo, aunque muchos aún no tienen ni la menor idea de cómo tratarlos.
      Un placer que me leas.

      ¡Un beso!

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  5. Lo siento.
    Siento ese desaparecer sin motivo aparente y el dolor de ese "vuelvo en un momento".
    Siento haber prometido caricias y fugarme con el viento.
    Sé que no merezco perdón, asumo la culpa de tu odio. Me arrepiento.

    Siento no haber saltado aún y no estar siendo con Ella, siento este invierno sin abrigo que se hace llamar primavera, confío en algún día en que mirando atrás al fin entiendas.
    Siento haber llegado sin llamar, haberme ido sin avisar, pero no creas que quiero que cierres la puerta.
    Comprendo al corazón roto que yo aún quiero arreglar, aunque entenderé que jamás vuelva.

    Al borde de la inexistencia quería decirle que no he mentido, que pienso en Ella, que aún le escribo.
    Que las realidades sin cumplir que llama promesas aún no han muerto y me mantienen vivo.
    Que su nombre sigue siendo un sueño, que mi piel todavía anhela sus besos.
    Que no la olvido.

    Dile que yo también estoy perdido, y no me encuentro.
    Dile que no le tengo ni le he tenido miedo al miedo.
    Dile que aunque no lo crea, aunque no lo parezca, yo me quedo.
    Tal vez no sirva de mucho, pero dile, que lo siento.

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    1. No te odio, así que no asumes la culpa de un odio que no reside en mí. Siento que no tenga palabras para decirte, y tal vez, sea tu comentario el culpable de que no las haya.

      El 'lo siento' mitiga un poco el dolor que siente ella aunque no sea el medicamento correcto para que el por qué que la tortura se desvanezca.
      Cree de verdad que piensas quedarte pero sigue el miedo susurrándole que a lo mejor, te piensas marchar otra vez.

      Ahora, sólo le queda esperar.

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