Quizás te encontré pero me perdiste.
Quizás
te encontré y me perdiste o quizás fue al revés. Quizás dejamos que nuestros
corazones se golpeasen hasta reventar mientras nuestras manos se abrían
mutuamente las heridas. Quizás nunca nos quisimos y sólo nos (sobre)vivimos para
no tener que afrontar nuestro Caos interior.
Quizás…
Supimos qué nos pasaría desde el primer rozamiento de piel pero andábamos
solos, heridos y completamente perdidos que vimos en el hombro del otro, un
refugio donde poder esquivar al miedo que nos atormentaba de noche pero ya no
importa quién le ganó la partida al otro o quién salió con ojeras de más y
sonrisas de menos.
No
me importa quién fue el vencedor y quién tuvo que sobrevivirse a sí mismo,
después de ver como el otro dejaba el tiempo compartido en el saco del olvido
y decidía retomar su camino en solitario haciendo oídos sordos al silencio que
rodeaba al derrotado.
No
supimos bailar contra nuestros demonios ni pedir una tregua a la Tristeza; éramos dos tristes con la Tristeza de la mano. No sé si aprendimos algo de
nuestro amor a medias –y no sé si a lo que sentíamos se merece llamarlo “amor”-.
Conseguimos
que Diciembre se anticipará y Abril, con el ala rota, nos dejase desabrigados
ante el frío invernal de aquel mes lleno de recuerdos. Sólo supimos besar a los
versos melancólicos del otro, acariciarnos el costado y sumergirnos en una
mentira, rodeada de destellos que nos advertía de nuestro error.
Quizás nos encontramos en el momento
equivocado y con el corazón aún demasiado roto como para creer que el cariño
que nuestras manos ansiaban compartir era verdadero.
Tan importante como encontrar a la persona adecuada es hacerlo en el momento oportuno. La vida se encarga de ello.
ResponderEliminarPara que, llegado el momento, no se dude de que el cariño era verdadero.
un besoo!