Feliz cumpleaños allá dónde estés.
Hubiese
preferido que estuvieras aquí, salvándome de la tormenta que
baila entre mis pestañas. Hubiese preferido no estar escribiéndote estas
líneas, verte soplando las velas un año más. Hubiese preferido seguir contándote como tripulante en mi vida.
Se
abre el telón,
Todos
te seguimos esperando pero te has perdido de camino a casa.
Ha
llovido poco desde que te fuiste por no decir nada. Solo ha habido mucho
silencio entre las pocas risas que han inundado esta casa. Nadie consigue
hacerse a la idea de que no estás, de que te has perdido y no vas a encontrar
el camino a casa.
Sigue
estando todo intacto: tu sillón, tus llaves en su sitio, las botellas de agua
detrás de la puerta de la cocina, tu cama como la dejaste, bien hecha sin
ninguna arruga. Todo en tu casa está tranquilo, sin tocar, sin romperse
aunque esté la ausencia paseándose de habitación en habitación, ahogando a los
corazones que encuentre a su paso.
Hablar
de cómo estamos por dentro es otra cosa. Las ruinas han empezado a conquistar
cada rincón de nuestros cuerpos. Las lágrimas se han deslizado más de una vez
por nuestras mejillas aunque nos la
anudásemos en la garganta. No hemos podido no soltar todas las espinas que nos
ahogaron el día que nos dimos cuenta que te habías perdido y no podías
encontrar el camino de vuelta a casa.
Hablar
de ti, es abrir todas las heridas de golpe. Es decir que estuviste en las
mejores etapas de vida y en las peores, pero ya no estarás en las próximas y
saber esto duele. Duele pensar que ya no hay futuro para ti, que tus planes se pararon de golpe un 7 de Mayo; ya no vendrás los viernes a casa, ni te
veremos los lunes en el bar.
Duele
pensar que ya no llamarás, ni escucharemos más tu voz. Que no podré ir a tu
casa un día cualquiera sin avisar, no podremos recordar contigo todos
aquellos momentos que vivimos juntos. No podré hablar de ti en presente ni en
futuro, sólo en pasado. No podré volver a oír esa risa silenciosa que tanto me
gustaba ni ese gesto tan tuyo que hacías cuando te ponías nervioso.
No
podré mirarte a los ojos y sentirme orgullosa de tenerte, de que fueras mi
abuelo. No podrás seguir con los miles de planes que tenías por delante, no
podrás volver a pasear por el barrio o volver a oler las margaritas que te
gustaban.
Duele
pensar que te has ido para siempre. Demasiado pronto. No he podido compartir
contigo todo lo que me hubiese encantado, me han quedado muchas cosas que
decirte, muchas risas que compartir y abrazos guardados en el cajón por si pero no.
Hace
veintiocho días que te has ido. Y aún no me hago a la idea. Todavía creo que
cuando vaya a tu casa, me abrirás la puerta y veré tu sonrisa o que volveré a
disfrutar de tu silencio cualquier día de estos, que seguiré intentando leerte
la mirada mientras veo por todo lo que pasaste, por todo aquellas cosas que te
guardaste y nunca sabré.
Me
habría gustado seguir conociéndote, que siguieras contándome más cosas sobre tu
infancia. Que siguieras compartiendo todo lo que sabías. Me habría gustado
seguir viéndote feliz, seguro de ti, sin ninguna duda merodeando tus ojos, sin
el miedo acechándote entre las sombras.
Me
habría gustado que siguieras formando parte de mi futuro. Que siguieras
viéndome crecer. Que siguieras aquí.
Se cierra el telón,
Te has perdido y no puedes volver,
Ahora eres tú quién nos esperas.
Cuídate. Cuídanos.
Te quiero, Abuelo.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Cualquier opinión sera bien recibida, es más la agradezco!.
Espero que os guste. ^^