Que sea lo que tenga que ser.

Sé lo que quiero
Pero no me atrevo a pronunciarlo
En este eco.

No quiero una historia a medias, un verso sangrando tinta y un grito disfrazado de caricia. No quiero un abrazo con precipicios ni promesas en la arena de una playa a la que nunca volveré. No quiero una cama vacía que se llene solo los viernes noches después de un par de tragos a los recuerdos no superados. 

No quiero labios en mi cuerpo que no quieran acompañarme a este brindis de dolor y felicidad. Tampoco necesito dedos frágiles que solo quieran disfrutar de mi llama un rato. Atrás aquellos que solo quieren acariciar la loba para ver que se sienten cuando parece mansa y sus aullidos se convierten en un silencio ignorado

No quiero hogares ficticios ni carreras bajo la lluvia si quién me coge la mano no piensa quedarse. Quiero gemidos a las seis de la mañana y risas de felicidad inesperadas después de un sábado eterno en el trabajo. Quiero cuervos anidando en la ventana del pasado y mariposas revoloteando en la habitación que huele a libertad. 

Quiero un guerrero que me empuje hacia la pared mientras una de sus manos me recorre cada herida no dicha pero si sentida, sin temer los gritos silenciosos. Quiero mordiscos en mis clavículas y besos con lengua que sepan a veneno dulce del que revive. No quiero intenciones, sino realidades que me recuerden que los nuevos comienzos existen y mis demonios, en realidad, eran guías que ponían piedras para hallar el océano de sus ojos.

Quiero suspirar al ver que hay un futuro en sus pupilas y bailar con él al compás de alguna banda sonora de un juego que nos haga volver a la infancia olvidada. Quiero susurrarle que ha hecho crecer un jardín de tulipanes,  donde antes solo había matojos y trampas para aquellos guerreros que solo querían columpiarse un rato en mis ojeras.  

Quiero mirarle y saber que quererle será la decisión más acertada de mi vida aunque eso provoque que mi alma quede al desnudo y mi corazón sin su caja de seguridad, pero latirá tan fuerte que cada bombeo será un nuevo comienzo. Quiero arriesgarme sin importar si mañana habrá una nuevo cristal clavado en mi arteria o un nuevo cosquilleo recorrerá mis costillas anunciando un refugio seguro. 

Quiero tirar esta moneda al aire, 
Y que sea lo que tenga que ser.




Comentarios

Entradas populares