Escribir no sana, pero calma.

Lo escribí hace semanas, cuando el sentimiento de incertidumbre golpeó una noche de ansiedad.
Lo predije pero al revés, o tal vez no.
Y no quiero que nada de lo que escriba se quede en el cajón de polvo aunque la persona a la que va dirigido nunca lo leerá.
Fui, soy y siempre seré fuerte aunque en mi mano tenga a mi corazón sangrando y suplicando que nunca más vuelva a jugar al ajedrez con el.
 
-----------------

Sé que un día me iré yo primera,
Le daré la mano al reloj de arena
Y dejaré que sus granos cubran mi piel.

Sé que un día dejaré de verte,
Que tu sonrisa será un recuerdo,
Y tu abrazo llegará a destiempo para embarcar.

Sé que un día no me reiré cuando escuche tu nombre,
Y que tus caricias dejarán de hacer temblar mi cuerpo.

Sé que un día tu olor me guiará hacia un destino,
Sin mis manos en tu cuello,
Y sin tu boca entre mis piernas.

Sé que un día golpearás tan fuerte mi corazón,
que el eco solo será una melodía dulc
en ese vaivén de deseos deshechos. 

Sé que yo querré quedarme pero
Tú ya tendrás mi maleta lista,
Y yo ya habré dejado de intentar tatuar mi nombre en tus venas. 

Sé que el océano se me quedará pequeño
cuando las lágrimas empiecen a desfilar por mi mejilla.
Y que tú ya no me mirarás
porque habrás dejado de quererme como se deja de querer a la primavera en pleno invierno. 

Sé que todo acabará,
Y que nunca habrá una guerra declarada
porque solo supimos jugar a batallas a ciegas
en un campo que se nos quedó demasiado grande.

Me herirás con tus mejores galas,
me iré con mi peor versión.
Pero hasta entonces, cógeme de la mano,
este vals de peones es nuestro. 

------------------------------

Para ti.
Para mí loba herida
que nunca quiso sacar las garras,
y aún así, la dejaste de acariciar. 

Comentarios

Entradas populares