Eh, pequeña sonríe.
Me encontré ayer con sus ojos perdidos, y su sonrisa fugada. Aún seguía siendo aquella que no se rendía, por muchos obstáculos que se interpusieran entre su objetivo y ella. Pero le faltaba algo, le faltaba esa espontaneidad e ilusión que tiempo atrás conocimos tú y yo.
Me encontré con sus palabras vacías y sus manos frías, esperando el resguardo de una chaqueta caliente de gratitud y confianza.
Me encontré con su melena desesperada, y sus abrazos miedosos, cuando su mirada intentaba dibujarme el dolor en su inexistente sonrisa.Poseía la esencia que a la que te aferraste antes de marcharte, pero no poseía la risa que recordaras cuando le dibujaste una golondrina en su ventana.
Me encontré con sus besos pequeños, y sus pocas ganas de oír el silencio que ahora formaba parte de su día a día.
Me encontré con mil angustias en su corazón abandonado, me encontré con un duende aburrido dentro de una caparazón invisible. Me encontré con su amor naufragado, y sus dos luceros verdes desterrados.
-Pero, eh, pequeña sonríe- le dije con la boca pequeña, y los ojos asombrados, de la tristeza que le acompañaba en su burbuja de recuerdos.Ella con su carita frágil, y su mirada profunda, analizo cada letra de mi frase dicha.Ella tan consciente, y angustiada tan solo afirmó con la cabeza.
Ya no era lo que tu y yo conocimos. Ya no era la desenfadada, airosa y rebelde niña de la que te enamoraste.Pero sé que después de esto, después de mi inesperada visita a su mundo particular, sonrío para si misma, sé que en algún lugar la pequeña dicharachera sigue dentro de ella, y que saldrá, algún día no muy lejano y volverás a ver la chica alegre de la que te enamoraste.
Me encontré con sus palabras vacías y sus manos frías, esperando el resguardo de una chaqueta caliente de gratitud y confianza.
Me encontré con su melena desesperada, y sus abrazos miedosos, cuando su mirada intentaba dibujarme el dolor en su inexistente sonrisa.Poseía la esencia que a la que te aferraste antes de marcharte, pero no poseía la risa que recordaras cuando le dibujaste una golondrina en su ventana.
Me encontré con sus besos pequeños, y sus pocas ganas de oír el silencio que ahora formaba parte de su día a día.
Me encontré con mil angustias en su corazón abandonado, me encontré con un duende aburrido dentro de una caparazón invisible. Me encontré con su amor naufragado, y sus dos luceros verdes desterrados.
-Pero, eh, pequeña sonríe- le dije con la boca pequeña, y los ojos asombrados, de la tristeza que le acompañaba en su burbuja de recuerdos.Ella con su carita frágil, y su mirada profunda, analizo cada letra de mi frase dicha.Ella tan consciente, y angustiada tan solo afirmó con la cabeza.
Ya no era lo que tu y yo conocimos. Ya no era la desenfadada, airosa y rebelde niña de la que te enamoraste.Pero sé que después de esto, después de mi inesperada visita a su mundo particular, sonrío para si misma, sé que en algún lugar la pequeña dicharachera sigue dentro de ella, y que saldrá, algún día no muy lejano y volverás a ver la chica alegre de la que te enamoraste.
Pero nunca te olvides de recordarle: eh, pequeña sonríe.
Que lindo, muchas veces subestimamos el valor de nuestra sonrisa :) "nunca dejes de sonreír, nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa." Besos.
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