-Volver a ser como antes; antes de que nos rompieramos.-
Porque salvarme, era perderte, y yo en ningún momento quise eso.
Puede que era lo mejor, pero para mí era colgarme de tu sonrisa, mientras
notaba como mi cuerpo se balanceaba de la emoción, de poder al fin, no
temer a caer. No digo que todo era maravilloso, y que tu compañía era
única, sé que habría millones mejores como tú, pero para mí, tu hacías que mi
día no sufragara, y que al menos, pudiese tener un salvavidas.
Nos equivocamos en muchas cosas. O mejor dicho, me equivoque. Sí,
tengo la manía de echarme la culpa, y puede que sea la costumbre de creer que
todos los que toman la puerta de salida, es debido a mis mil manías de no creer
en los siempre´s. Es más, odio muchísimo los finales, por sé con certeza que
toda historia tiene uno, y eso significa que al llegar a él, no habrá más
capítulos con los que llorar, o incluso soñar. No sé qué tiene que ver todo
esto contigo, pero, tenía ganas de que lo supieras. Miento cuando prometo que
ya no me dueles, tal vez no con tanta intensidad, pero te sigo sintiendo.
No me han enseñado a borrarte, y dudo mucho que haya algo en el
mundo, que sirva para hacerlo. Yo te quise, porque ahora no sé qué siento.
Abandonada, sería la palabra idónea para describir el vacío, pero incluso se
queda demasiado corta. Acepto que me gusta escribir (te), diría que demasiado.
Me hace sentir un poco más cerca de ti, y más lejos de todos los monstruos que
no conseguiste matar.
Esta es una de las pocas veces en las que te recuerdo sin lágrimas
en los ojos, e incluso, por eso puede aparecer media sonrisa en mi rostro. No
es que este feliz de escribir esto que no se tirarlo a la basura, o pegarlo en
el cuaderno de las mil cosas que hiciste que te escribiera, la verdad, después
de escribir tantas líneas, ese vacío se convierte en nada. Un nada que me salva
cada vez que pronuncio tu nombre, y un nada que no deja que me pierde entre tu
rastro.
Me entiendo. Como tu hacia antes. Pero añoro la manera en la que
queriendo o sin querer, me hacías ver las cosas. No te añoro como acompañante
de este viaje, sino más bien, como consejero. Es raro. Tal vez porque quiero
ser contigo lo que fuimos antes de destrozarnos por dentro.
Menos mal que, en algún momento, recordamos sin lágrimas en los ojos.
ResponderEliminarMe ha gustado. Ten cuidado con las tildes, te falta alguna, pero por lo demás, expresas mucho. Sigue escribiendo. :)
Jo, me alegro mucho que te haya gustado :'). De acuerdo, muchas gracias ^^
Eliminar