Las musas van más que vienen.
Cierran
tu puerta despacio, como si pensaran quedarse y desplegar sus alas alrededor
tuyo, te cantan al oído la canción que abre la puerta a la esperanza en tu
corazón, a la vez que acarician tus cicatrices. Crees que se quedaran; aunque sabes
que no es así.
Antes
de irse observas como hacen sus maletas, te miran de reojo, deseosas de que le
supliques, le llores y le escribas un ‘quédate’ en sus costillas. Un suspiro se
deslizan por su boca, tu mano inquieta se mueve por su espalda, memorizando
cada rincón donde una vez dejaste tus marcas. Sientes como se arquea bajo ellas,
como otro suspiro se abre paso por sus labios; sólo intentas impedir su marcha.
La
(tu) musa hace crecer en tu interior
una mentira, miles de versos bañados en tristeza pero disfrazada de alegría.
Nunca le pones nombres a tus musas pero con ella haces una excepción, pensando
que ella si viene a retirar las ruinas de tu interior. Sin querer le regalas un
trozo de tu corazón roto, le pones tu propio mundo a sus pies, permitiéndole
que juegue con él a su antojo mientras tu ves como las grietas, en vez de
cerrarse, se agrandan hasta convertirse en un silencio devastador.
La
pequeña flor que viste crecer ante ti, la que regaste con un excesivo cariño,
la que mimaste con versos al anochecer y le concediste una belleza inolvidable
cuando le arrancabas los hierbajos, decide marcharse pero antes te destruye.
La
musa Violeta se ríe, siendo espectadora de tu décimo derrumbe, borrando todos
los ‘te quiero’ en tu espalda y rompiendo cada una de las piezas que
completaban tu puzzle. Un grito que se vuelve en sollozo en tu garganta, una
rosa que clava sus espinas sin piedad en tu piel… una Violeta que ya no posee la belleza que le concediste. Una Violeta que ha dejado sus pétalos dentro de ti, los cuales
marchitarás hasta que sólo queden cenizas.
Hasta
que los pétalos sean sólo un recuerdo, habrá un poeta intentando sobrevivir al pasado.
Uf. No sé si es que estoy muy sentimental o que, pero esta entrada me ha dejado como con una mezcla de emoción, de tristeza, de nostalgia... no lo sé.
ResponderEliminarEs muy bonito lo que has escrito, ya sabes, como siempre, pero parece que cada día agrandas más tu magia.
Un abrazo fuerte:)