Los días no parecían irse nunca, hasta que diste el primer paso.
No dejo de darle vueltas al mismo
asunto. De lo que pudo haber sido y no fue, del miedo que nos entro y de las
miles de sonrisas que transformamos en terror viviente. No sé si en verdad nos
falto caricias, o las caricias le faltaron fuerzas y esas fuerzas los besos que
le daban pequeños empujones. Yo me entiendo. Me entiendo cómo me entendías cada
que íbamos a tomar un café los viernes por la tarde, y a fumarnos el día
como si fuese de repuesto.
Me entiendo porque a tu lado las
cosas se hacían complicadas y después de todo, una se va acostumbrando. El
oxigeno más calado, mas impuro era ese que por las noches resoplabas después de
que tus sueños se negaban a cumplirse en mi costado. Sabes que nunca me gusto,
eso de escribirte cuando ya te habías ido.
Hicimos un trato, no una promesa porque
ni tú ni yo, creíamos en ella. Coincidíamos que eran de usar y tirar y luego lo
de usar ya se había pasado de moda, por lo que se llevaba ahora era tirarla
directamente, sin excusas ni palabras que valiesen como remedio a las heridas que
se abrían.
Nuestro trato, era uno todos los días y con un plazo de 48 horas de reventar cualquier
silencio (y si hacía falta alguna que otro colchón). Nunca tuvimos ganas de
andar y elegimos siempre tumbarnos en
aquella hierba más verdes que tus pupilas. Tu no eras de estrellas, eras mas de
cazar nubes e intentar caminarlas aun sabiendo que te arriesgabas a caer.
Esa noche con un café solo, me sentí
mas sola que la vez que te dio por recorrerte el mundo y me dejaste con hueco
en la cama y sin sustituto. A tu lado las noches eran cortas y más aun las
mañanas que pasabas del desayuno y optabas por voraces besos que obligaban a
levantarse a la hora de comer.
No sé, después de todo no me fue tan
mal contigo. Ni a ti conmigo, con la manía de realizar mil y dos veces el
vals que adormecía la fiera que sigues llevando dentro.
Me acuerdo, del día en que los
portazos resonaron más que las risas que minutos antes eran el plato caliente
de la sala, se ve que cambiamos el mordernos por querernos por el gritarnos para odiarnos.
Pero al fin y al cabo, si nos
odiamos es porque antes nos quisimos y si nos quisimos no nos podremos olvidar pero, no te pido que vuelvas, ya me acostumbre al trato de no vernos jamás sin
fecha de expiración, por que los tratos como ya sabes, quedamos en no romperlos.
No te preocupes si tu sonrisa se resiste
a vivir sin la mía, yo ya cumplo el trato por los tres.
(Aunque no digo que sepa vivir con
los recuerdos, pero sé que el olvido me aliviara el tiempo que pase sin ti y
sin sentir tu aliento en mis sentidos.)
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Ya somos 100 ! Muchas gracias a todos los que me visitan y/o comentan. La verdad, quería hacer algo para cuando llegase a los cien, pero no soy muy buena en pensar en esas cosas, espero que sigamos creciendo! Y puede que me piense algo para los 150 (si queréis proponerme algo, podéis dejarme algún comentario o enviarme algún email *-*)
Dicen que del amor al odio hay tan solo un paso, las promesas se rompen y las parejas son tan imperfectas como reales. Eso de pensar "lo que puedo ser" tambien me sucede mucho, muchas veces no se que decisiones tomar y siempre queda el "y si...".
ResponderEliminarBesos
¿Qué te digo?
ResponderEliminarFue bello, enserio me metiste en la protagonista.
Su dolor me palpó.
"Los portazos se escuchaban más que las risas", esa frase estuvo genial.
Muchas mariposas moradas, Barbara.
Y cuando creo que no puedes superarte a ti misma, vas y lo haces. ¡Cómo lo haces, joder? Comprimir en un texto tan pequeño tantas palabras bonitas, llenas de sentimiento y las mezclas de tal forma que suenan como a poesía. Me gusta mucho el tercer párrafo -por no decir, todo el texto-. Nunca te voy a discutir el tema por el que escribes, porque no quiero que se queda pequeño al lado de tu texto. Me ha encantado, pero eso tú ya lo sabes. Felicidades por los 100 seguidores, y te mereces muchos más! Un beso :)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola preciosa!! Ya sabes al menos por mi parte que escribes divinamente, pero hay una duda que se me planteo ahora... ¿Todo lo que escribes es que te paso de verdad o es que simplemente te lo inventas? Por que parecen reales la verdad jeje No dejes de escribir así y Muchos MuakiSs.. xD
ResponderEliminarPD: El comentario borrado de arriba era mio jajaja Que entre a blogger con la cuenta de la isla y no me di cuenta y comente con esa jajaja Sorry ^^ Muchos MuakiSs.. xD
Bueno, tengo que admitir que la entrada es muy triste pero ah, tan bonita tu forma de escribir que aún así me ha gustado! <3
ResponderEliminarUn saludo